EL AGUA FUENTE DE INGRESOS
El Oro Azul (el agua) es un bien económico-comercial a la altura del petróleo, es uno de los motores de la nueva economía y una mercancía que aumenta su valor según se recrudece el mercado de la sed en los países más pobres.
“Parece incuestionable que el acceso al agua es un derecho de todos los habitantes de la Tierra, pero la realidad es menos “ideal”.
“El agua, componente fundamental para todas las formas de vida conocidas (representa entre el 50% y el 90% de la masa de los seres vivos), es una sustancia relativamente abundante aunque sólo supone el 0,22% de la masa del planeta. El 97,25% del agua existente está en los océanos.
El resto, 2,75%, es agua dulce de la que un 2% se halla en los casquetes polares y el resto, la que forma ríos y lagos, el 0,75%, es la que puede ser apta para el consumo humano. Esta última cifra que nos puede alarmar, por indicarnos una aparente escasez, serviría para abastecer al triple de la población actual de la Tierra.
Y, sin embargo, el acceso a este recurso, su disponibilidad en condiciones para el consumo humano es cada vez un problema más grave, que da lugar al hambre, la pobreza y la enfermedad para un sector creciente de la población mundial”.
Enrique Alejandre
Las siguientes cifras nos dan una idea de la magnitud del problema:
1.200 millones de personas carecen de acceso al agua potable limpia
3.000 millones de personas carecen de instalaciones sanitarias
300 millones de personas sufrirán escasez de agua en 2025. Más del 80% de ellas vivirá en países en desarrollo
El 80% de todas las enfermedades de los países en desarrollo se origina a raíz del consumo de agua contaminada
El 50% de los ríos y lagos del mundo está peligrosamente contaminado
(Fuente: Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente 2001)
“La causa de todo este desastre (la llamada “crisis del agua”) está en la propia naturaleza del sistema capitalista que al desarrollar de forma anárquica la economía, atendiendo al beneficio exclusivo de unos pocos, mantiene y acentúa la pobreza de la población en amplias zonas del planeta. Para saciar su sed inagotable de beneficios no duda en consumir los recursos hasta dejar exhausta la naturaleza.
El agua es necesaria en cantidades ingentes en muchos procesos productivos. Para obtenerla se represan ríos, se secan pantanos, se agotan los acuíferos y humedales, se contaminan cursos fluviales,… sin la contrapartida de devolver ese agua limpia a la naturaleza”.
Enrique Alejandre
Como grandes defensores de la privatización de los recursos hídricos encontramos al Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional y, por supuesto, las grandes multinacionales del sector.
La ley de la oferta y la demanda se basa en que a mayor consumo, mayores ganancias, con lo que se prima el derroche y no el ahorro. La política mundial del agua implementada por el Consejo mundial del agua, creado por iniciativa del Banco Mundial, se basa en tres grandes principios.
En primer lugar, el agua debe ser considerada un bien económico, una mercancía como el petróleo o el trigo.
En segundo lugar, el acceso al agua es una necesidad vital, no un derecho humano; por tanto, la satisfacción de esta necesidad es competencia de cada persona que consuma un bien accesible a través de los mecanismos de mercado.
Por último, el agua debe ser considerada un recurso precioso (el oro azul); destinada a convertirse en algo cada vez más escaso, es un recurso estratégico importante.
La seguridad hídrica «nacional» se convierte, por tanto, en un problema político central.
Con el continuo proceso de privatización y la perspectiva del reparto de grandes beneficios en un medio aún poco explotado, el agua pasa a ser, en el mercado mundial, un bien muy cotizado sobre todo para las grandes multinacionales que se convierten en “cazadores de agua”.Del mismo modo que el petróleo fue el «oro negro» del siglo XX, el agua será el oro del siglo XXI, pero esta vez de color azul.
Dos empresas dominan el agua privada en el mundo y las dos son francesas: Veolia y Ondeo/Suez.
Estas empresas, a su vez, se han asociado con otras más pequeñas para abastecer de agua a más de 100 millones de personas en el mundo. Veolia, en el 2005, ya facturaba más de 25,2 billones de euros. Ondeo Suez, con sus dos divisiones agua y energía, ha obtenido 41.5 billones de beneficios.
Más nombres importantes en el mundo del agua son la alemana RWE y su filial inglesa Thames Water, además de la estadounidense Bechtel.
Otro grupo de grandes empresas que comercian con el agua son las multinacionales del agua embotellada, uno de los negocios más rentables y menos regulados del mundo. Su venta genera ganancias de entre 50 y 100 billones de dólares y aumenta un 10% al año.
El país que más botellas de agua consume es EE.UU., con 26 billones de litros en 2004.
México es el segundo, con 18 billones, seguido de China y Brasil con 12 billones. Países en vías de desarrollo como India o Emiratos Árabes son los que más están incrementando su consumo por año.
Nestlé, con 68 marcas, es el líder del sector, seguido de Pepsi Cola, Coca Cola y Danone. La principal división de productos Nestlé es Nestlé Pure Life que, según estudios, es en realidad agua del grifo purificada a bajo coste con adición de minerales.
Lo mismo pasa con Aquafina, de Pepsi, que se limitan a sacar agua del grifo y a añadir minerales antes de venderla envasada.
El agua embotellada es más cara que el petróleo.
En Estados Unidos, el galón de gasolina se compra por 2,92 dólares, mientras que el galón de agua se adquiere en el supermercado a 4 dólares. Esto está claro para empresas como Coca Cola.
Basta recordar la polémica suscitada en el Reino Unido en la que la propia empresa reconoció estar envasando agua potable de Londres, para venderla como agua mineral a 3 euros el litro.
Pero en el negocio del agua embotellada no sólo se consume agua, sino también mucho combustible.
Mientras el agua del grifo gasta poca energía para su distribución, el agua embotellada consume gran cantidad de petróleo en su transporte.
Además, una cuarta parte de esta agua cruza fronteras para llegar a consumidores de otros países. Por ejemplo, en 2004, 1 millón y medio de litros de agua embotellada de los grifos de Finlandia fue vendida a Arabia Saudita.
Este transporte, además de consumir recursos, afecta a la propia agua embotellada, que debe soportar cambios de temperatura que repercuten en las condiciones de los envases haciendo que el agua pierda propiedades.
También se utilizan combustibles fósiles para el envasado del agua. El material más utilizado para estas botellas de plástico es el PVC derivado del petróleo. En todo el mundo se fabrican 2,7 millones de toneladas de plástico para botellas.
Este PVC es tóxico cuando se fabrica y cuando se consume.
Y ¿qué pasa con las botellas después de usadas?
Deberían ser recicladas, pero en la práctica, por ejemplo en EE.UU., el 86 por ciento van a la basura o son incineradas. La incineración suelta a la atmósfera gases contaminantes y las botellas, como basura, tardan 1000 años en biodegradarse.
“¿Qué pasará con este negocio si,
como vaticinan, en el futuro,
el agua pasa a manos de un Gran Hermano del Agua
encargado de administrarla según su criterio?
¿Seremos de los afortunados en seguir disfrutando de estos privilegios?
Mientras esto llega o no, un consejo:
agua que no has de beber… no la dejes correr”
carmen
Que pasada como ha cambiado el blog
ResponderEliminarMuy interesante
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