NO TE QUEJES
Quejarnos es una tentación en la que solemos caer con facilidad, porque a veces, y solo a veces, funciona. Sin embargo pagamos un alto precio por ello hasta darnos cuenta de que quejarnos resulta un habito tan nocivo que acaba por crearnos enfermedades. Es verdad que en ocasiones cuando armamos algún jaleo para que nos atiendan nos salen bien las cosas, y parece que nos atienden mejor, pero acostumbrarnos a estar siempre hipersensibles, enfadadas, nerviosas o deprimidas, termina por ser al final un mal negocio. La queja continua termina con cualquier relación, ya que la queja termina casi siempre en reproche, y el reproche se convierte en dual por lo que se habla, se dice, y se experimentan cosas que van separando a las personas. No recuerdo donde leí ; Cuando dos personas se gritan es porque su alma esta lejos.” Para terminar con estas situaciones, tenemos que cambiar el chip, dejar de pensar y sentir que todo lo que nos ocurre es “terrible” o “muy malo”, nos crea; ansiedad, miedo, dudas y un desequilibrio de nuestra realidad. Aceptar los problemas con calma y sabiendo que aunque no consigamos todo lo que queremos, podemos ser felices, ya que vayan bien o regular las cosas no hay nada que temer. Hemos convertido la vida en una carrera para conseguir “cosas” que muchas veces no tenemos tiempo de disfrutar, nuestro bienestar, nuestra autoestima no depende de nuestros logros, sino de ser una persona con capacidad de amar, y amarnos. Tener una parte de nuestro tiempo para conocernos, o mejor para reconocernos, nos hará ver las cosas de otra manera, y podremos darnos cuenta de nuestra valía.
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