ESTA ESPAÑA MIA........




EL QUE NO CONOCE SU HISTORIA………..
Hablemos de los cincuenta; por aquellos años no se hablaba todavía de ocio. El ocio era como el turismo una conquista de la década, una conquista real y sobretodo mental. Entonces los trabajadores de la construcción detenían con frecuencia su trabajo para liar un cigarrillo; los taxistas esperaban lo que hiciera falta a sus clientes; los tranviarios realizaban paradas discrecionales a petición de los clientes; incluso los mecánicos se tomaban su tiempo para limpiar una tuerca o engrasar un motor. Dentro de una misma unidad de tiempo, la hora o la jornada, se hacían infinitamente menos cosas que diez años después. Y es que ni el tiempo ni las cosas estaban organizadas, bien sea porque la mentalidad rechazaba tal organización, o porque la precaria estructura económica del país dificultaba el trabajo seguido, continuado. Eso no quiere decir que se trabajase menos, que se descansase más, los que vivían del trabajo de sus manos tenían que trabajar muchas horas y ganaban muy poco.Para los españoles todo lo que se conocía de Europa era “nuevo”, el hombre soviético; el americano, el sueco, el francés. Unos españoles creían que el hombre de la sociedad industrial y del consumo pronto se haría realidad en el país, otros pensaban que España rechazaría esa forma de vida, pero soterradamente, el proceso iba abriéndose camino.La radio pertenecía al horizonte de los objetos diarios, familiares, no exigía como la televisión, estar atento a su caja milagrosa; en consecuencia no fue nunca un elemento de separación entre el trabajo y el descanso. La radio fue la voz indiscutida de los años cincuenta, hasta que a finales de la década asomó la pequeña pantalla. Pero por aquellos años hacía el papel que hoy en día hace la televisión; era el vehiculo de control social de las ideas. Ella mantuvo le que debía significar España para los diferentes pueblos peninsulares y para las clases; aunque entonces era difícil hablar de clase y de pueblos. Ella perpetuaba la música española, con tópicos que, por una parte, imponían un estilo de vida y de mentalidad tradicionales y que, por otra parte, cerraban el paso a las modas, llenas de respuestas a las necesidades del presente, que corrían por el mundo.La españolada-mezcla de lo andaluz con lo retrógrado- era la constante artística del arte segregado por los servidores de la España oficial, y sólo raramente los cuatro versos de una canción, una melodía o el tono de una frase, solían revelar el uno por ciento de lo que la gente tenía ganas de expresar y de oír.Los tebeos y los cómics poseían un mayor margen de concienciación, aunque su expresividad limitada, como la de los chistes, gráficos y hablados, difícilmente podían revelar otra cosa que el mal humor y la frustración general. Y eso en muy raras ocasiones, pues la norma eran las tiras de dibujos que a nivel muy primario se hacían eco de la guerra fría como arma contra el fantasma del comunismo y como justificación del poder. Y aquella violencia -la violencia de las hazañas bélicas- gustaba, porque expresaba la agresividad reprimida de la gente, aunque fuese con unos esquemas distintos de aquellos en que debía manifestarse realmente; pero la lejanía de los escenarios ( el Jabato y el Capitán Trueno) se prestaban a la proyección involuntaria de los propios deseos, frustraciones y violencias.

Y como en La Historia Interminable esta historia la seguiré contando en otra ocasión. Carmen.

Comentarios

  1. Muy buen artículo, se queda uno con ganas de continuar leyendo, así que sigue contando la historia en cuanto puedas. Me gusta mucho eso de que la radio no exigía estar pendiente de ella y que por lo tanto, aunque estuviera todo el día puesta, no quitaba tiempo para lo demás. Hoy en día, todo lo que supone una distracción nos absorve del entorno. En fin, que tengo ganas de que continúes.

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  2. Sigue, sigue un gusto leerte y.... gracias mil por el bol de arroz :-)

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